Tiempo sin aire en el Festival de Cine de Málaga

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Un único trabajo se ha proyectado hoy en el 18 Festival de Málaga. Cine Español. Algo que es de agradecer, sobre todo tras la poco afortunada jornada de ayer. La de hoy ha subido un poco el nivel, aunque personalmente no ha acabado de engancharme.

Rafa:

Hace seis años, Andrés Luque Pérez y Samuel Martín Mateo presentaban "Agallas", thriller protagonizado por Carmelo Gómez, quien repite con los directores en "Tiempo sin aire", drama sobre el odio, la venganza, la capacidad de autoengaño del ser humano, las reacciones en situaciones hostiles y extremas, la violencia sin sentido, las segundas oportunidades... Algo de todo esto ya aparecía en esa anterior película. El ambiente aquí cambia y nos sumerge en el horror que aún vive Colombia, donde años de enfrentamientos internos han dejado un reguero de vidas segadas o emocionalmente amputadas. Es narrando esto cuando el filme tiene más fuerza, pues el interés decae bastante cuando la acción se traslada a Canarias (sí, como la primera cinta de ayer), sobre todo con la entrada en escena del personaje de Carmelo Gómez, quien resulta poco creíble en su papel de psicólogo que necesita redimirse y "adopta" al de Juana Acosta y su hijo.

La mayor parte de los roles protagonistas arrastran traumas que les impiden seguir adelante con sus vidas, existencias que se irán cruzando con mayor o menor fortuna en un guión que va dando bandazos, insertando flashbacks con frecuencia violentos (por fortuna, más por lo que se intuye que por lo que se ve) que contrarresten los bajones en el ritmo (vaya, para mantenernos atentos y contentos y que no desesperemos). "La violencia engendra violencia", parecen querer decirnos. O "no mires atrás", "perdona a tu enemigo"... Las buenas intenciones de la cinta al poner voz a las víctimas de este conflicto armado, por desgracia poco conocido por estos lares, es incuestionable, pero el lastre del personaje y la interpretación de Carmelo Gómez, la reiteración en las situaciones, el ritmo casi plano, cierta enfatización... hacen que se quede en una obra decente, sin más, aunque eso sí, necesaria.

Lo mejor lo encontramos en la interpretación de Juana Acosta, sutil a la vez que llena de fuerza, con un estupendo duelo final con Adriana Ugarte. Además, acierta al no ser maniquea y no distinguir una línea clara entre el bien y el mal en los personajes. Pese a todo, no acaba de despegar. Como cinta comprometida puede valer la pena su visionado, pero, aparte de Juana Acosta, no encuentro otros motivos para que reciba galardones.

Seguiremos esperando...

Puntuación (sobre 10): 5,5.

Gonzalo:

Lo mejor de esta peli, sin lugar a dudas, son las interpretaciones femeninas. Sobre todo la de la fantástica Juana Acosta con la que llegas a saborear el odio y el dolor,  y que definitivamente lleva sobre sus hombros todo el peso del filme. Su sola presencia en escena logra tapar muchos de los defectos de esta cinta como la inconsistencia en el ritmo, las piruetas argumentales o el descalabro interpretativo de Carmelo Gómez (ay, hijo mío).

Nunca he pretendido ser objetivo a la hora de dar mi opinión en estos artículos, pero reconozco que durante el visionado de la peli me abandoné a la "magia" de Acosta. De esas veces que te entregas. Que te deleitas con los microgestos, con los silencios, con la mirada. Que te olvidas conscientemente del cartón piedra sobre el que se representa la obra, mientras ella esté en pantalla.

Puntuación (sobre 10): 6,5.

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Rafa Wild

He visto cosas que no creeríais... De hecho, ni yo mismo me las creo. Probablemente no hayan ocurrido. Es más, seguro que me las he inventado. Vaya, que soy un redomado mentiroso... Así que no creáis nada de lo que vuestros ojos lean por aquí...

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